martes, 4 de agosto de 2009

EL SENTIDO DE MI VIDA X

X

Sólo dos personas que se parecen tanto, se pueden llevar tan mal. Es cómo lo de los imanes, que los polos iguales se repelen, así os pasa a papá y a ti. Lo mejor fue que me lo dijo sonriendo, orgullosa. Ya me lo decía mi abuela de pequeña: ¡Es que incluso coges la cuchara cómo él! Y mira que me he preguntado veces, desde la primera vez que vino con tu madre a esta casa, cómo se puede comer sosteniendo la cuchara de ese modo, que parece que se os va a caer de la mano en cualquier momento.

Sus amigos se lo decían, en esa curiosa forma de bromear, a veces ofensiva, que tienen los hombres: Parece que sabías que sólo ibas a embarazar una vez a Pilar y echaste el resto. Os ha salido la niña igualita a ti.

Un par de días después, estando en la playa, me encontré con una amiga de la adolescencia. Al igual que yo, estaba pasando unos días con sus progenitores. Recordamos anécdotas de veranos pasados y quedamos en salir juntas a tomar algo esa misma noche. Cuando iba por la tercera copa, me pareció reconocer a alguien. Él sonrió al cruzarse su mirada con la mía y se acercó con decisión. Siempre he pensado que era complicado encontrar una mujer más guapa que tú, ahora con más motivo. Has subido el listón superándote a ti misma.

No podía creer lo que me decía. ¡Había aprendido a piropear a las mujeres! Le di dos besos, pero no se conformó y me abrazó con fuerza. Estaba claro que se alegraba de verme. La última vez que me habían rodeado sus brazos, eran más bien enclenques. Ahora era un hombre fuerte y tremendamente atractivo. Me informó un pajarito de que te habías ido a Madrid. Así empezó una conversación que se prolongó hasta el amanecer, primero tomando algo, luego paseando por la playa y finalmente, al distinguir las primeras luces, sentados en unas rocas desde donde vimos salir el sol. Descubrí que me seguía encantando escucharle.

¿Las pijas os bañais desnudas? Sin pensarlo se quitó la ropa y se metió en el agua. Si vestido me impresionó el cambio que había experimentado su cuerpo, apreciarlo sin impedimentos, lo hizo aún más. Ya me cautivó una vez y mientras me desnudaba para ir a su encuentro, pensé que me estaba dejando atrapar de nuevo. No me importaba lo más mínimo, aunque sólo durase otros cinco meses.

Hicimos una parada en casa de mis padres, más que nada por no tenerles preocupados y el resto del día lo pasamos juntos en su casa, o mejor dicho, en su cama.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Está claro que este ordenador está loco, acabo de escribir un mensaje y se me ha borrado, espero que deje que este se quedé.
Buen reecuentro, no está nada mal, jajaja...Por otro lado, decirte que no me deja de sorprender la capacidad que tienes para contar algo sobre cualquier tema que te propongas/an y subrayar tu mejora escribiendo, sigueeeee!!!!. Besiños
Tempodelecer