viernes, 27 de abril de 2007

ALGO MÁS SOBRE LO DE AYER

Uno de los comentarios que me habéis dejado me ha recordado algo y he sentido la imperiosa necesidad de contarlo.

Hace nueve años estuve de vacaciones en el caribe y l@s que habéis estado ya sabéis cómo llueve allí, pero para los que no lo saben, os diré que es una cosa seria, al menos en la época en la que yo estuve, es raro el día que no cae algún chaparrón, pero de estos de estar el cielo azul y en diez minutos oscurecer enormemente y caer una bárbara.

Pues uno de esos días estábamos en la playa, con una temperatura podríamos decir de treinta grados, o sea, con mucho calor y de repente empezó a llover, la gente corría como loca a guarecerse y yo les miraba sin entender. ¿De qué huían? ¿Del agua? Minutos antes estaban metidos en el mar, más no se iban a mojar, ¿de los truenos y relampagos? Lo dudo, no había, simplemente diluviaba. Mi Paco y yo cogimos una tumbona, la sacamos de debajo de la sombrilla y nos tumbamos boca abajo. Tremendo masaje!!! La sensación era alucinante, no se puede explicar con palabras, millones de gotas cayendo sobre nosotros con una fuerza increíble, me sentí tan relajada.

Creo que desde ese día aún me gusta más la lluvia, sé que puede llegar a ser devastadora, lo viví de pequeña en mi propia casa con la famosa riada de Tous, pero que queréis que os diga, hay amores que matan

 

jueves, 26 de abril de 2007

QUE LLUEVA, QUE LLUEVA, LA VIRGEN DE LA CUEVA...

Nunca le había encontrado tanto sentido a esa frase de “En abril aguas mil” como este año. Que manera de llover, por favor!!! Como dice mi amiga Mª José: tendremos el clima cambiado? (Es galleguiña y dice que este año han tenido muy buen tiempo por allá)

Lo curioso es que a mí siempre me ha gustado la lluvia, esa taza de chocolate escuchando el murmullo del agua, las cenas alrededor de una vela cuando era pequeña y los días lluviosos eran sinónimo de días sin corriente eléctrica. También siento que me inspira, de hecho miradme hoy, escribiendo, no encuentro nada mejor en lo que emplear el tiempo los días así, bueno, los días así y todos los demás, jajajajaja, que últimamente creo que no hago otra cosa que escribir.

Para mí el paisaje perfecto es una playa en un día de fuerte temporal, cayendo un agua de mil demonios y con el horizonte lleno de rayos. Que espectáculo!!!!!!!

jueves, 19 de abril de 2007

JUEGOS INFANTILES

Estábamos hoy comentando eso de que los niños de ahora tienen tanto, que no aprecian nada y me he acordado de algo muy gracioso. Es curioso lo que uno recuerda de la infancia, pero a mí se me han quedado muchas cosas que me sacan la sonrisa y cuando hablo de mi infancia me refiero a esa época inocente, con cuatro o seis años, en que todo es tan fácil, el mundo está a nuestros pies.

Pues rememoraba cuando mi hermana y yo jugábamos a las tiendas. Ella tiene seis años más que yo, por eso deduzco que debía de tener esa edad, no la imagino jugando a estas chorradas con quince años.

Bueno, a lo que íbamos que me voy por las ramas. Cogíamos algunas revistas del corazón que tenía mi madre y recortábamos todos los productos que allí se anunciaban, desde una botella de coñac, hasta barras de labios, todo lo que nos pudiera servir y luego lo distribuíamos por secciones: Droguería, alimentación… y cada montoncito lo poníamos en un libro, un producto por página, poníamos el nombre de la tienda en cuestión en la portada y a jugar.

Creo que lo mejor de este juego era el rato que pasábamos recortando, o cómo trabajaba nuestra imaginación. Creo que muchos niños de ahora se están perdiendo todo eso, tanto video juego, tanta tele. Cuando yo era pequeña no había películas de video, apenas podíamos ver barrio sésamo a una hora determinada y luego nada, a la cama si tu padre creía que la programación no era adecuada para ti, así que algo teníamos que inventar.

Que recuerdos y lo peor de todo esto no es que los niños se enganchen a ciertos aparatos, si no que al evolucionar, los mayores también lo hacemos, al menos yo, fíjate donde estoy ahora, delante de este trasto, que ejemplo les voy a dar? Hay que joderse!!! JAJAJA

miércoles, 18 de abril de 2007

CALOR DE NIDO, PAZ DEL HOGAR

Que bonita palabra, hogar, ella sola en si alberga tantas cosas… Si nos paramos a pensar, es lo que ansiamos la mayoría, un hogar, un lugar donde llegar después de un duro día de trabajo, donde encontrarnos con esa calma que buscamos para disipar todos los malos momentos, donde a veces el ruido, o el silencio, nos hacen ver que ya estamos en casa.

Unos solos, otros acompañados, pero que gusto tenderte en el sofá y soltar eso de, ¡¡como en casa, en ningún sitio!! Incluso al más viajero, al más trotamundos, le gusta llegar a casa después de sus viajes. Por mucho que te guste la juerga, que gozada pillar la cama, a no ser que hayas bebido mucho y todo empiece a darte vueltas, pero creo que aún así, ¿Dónde mejor que ahí en ese estado?

Aunque algunos no tienen tanta suerte y tienen que abandonar ese hogar, no por gusto, si no por obligación, marcharse lejos en busca de un trabajo mejor, de una vida más digna, porque todos tenemos derecho a esto y estamos dispuestos a hacer lo que sea por lograrlo.

Pero… pero… no es nada fácil marcharse a miles de kilómetros, dejar a los seres queridos, los amigos, tan lejos… y aún hoy es soportable gracias a ciertos avances técnicos, sin embargo ni con estas, merecen todo mi respeto por su valor, ese que les lleva a enfrontar la vida sin miedo. Yo no podría, estoy convencida de ello, puede que dejar a mis padres y hermanos… sería duro, aunque soportable, pero a los integrantes de esa familia que he formado, a esos lo dudo, o se vienen conmigo o yo no voy.

Espero y confío en que la vida no me depare algo así y si lo hace, por favor, que no se alargue mucho.

jueves, 5 de abril de 2007

LA COMETA


Emprendo una carrera y ella se eleva
levanta el vuelo sobre nuestras cabezas
y orgullosa moldea sus colores al viento
retándole para que sople más fuerte.


Sube de nuevo más y más alto
caracolea amenazando con caer
pero se sumerge en una nueva corriente
que la engrandece todavía más.


Cuanto más alto, más pequeña la veo
en cambio ella se siente más grande
se adueña del cielo subiendo aún más
y yo sonrió al observarla.


Sus varios metros de cola bailan con ella
se mezclan en una danza rítmica
ahora a la derecha, ahora a la izquierda
y mis ojos la siguen sin perder detalle.


Se lanza en picado osada
y antes de llegar al suelo remonta el vuelo
se atreve a volver a intentarlo
pero esta vez calcula mal.


Intento evitar el inminente desastre
aunque sé que es demasiado tarde
y de bruces se da contra el suelo
mientras yo, rauda y veloz voy en su ayuda.


La recojo, suavemente sacudo la arena
y asegurándome de que no se enreda
de nuevo echo a correr rápido
para devolverle toda su grandeza.





Lo que hace el aburrimiento

martes, 3 de abril de 2007

MIS PRIM@S

Dice un refrán popular que el roce hace el cariño y creo que no me queda más remedio que darle la razón.

Hace treinta y tres años mi abuelo decidió que la casa en la que creció, la que le había dado cobijo toda su vida, necesitaba una reforma, una gran reforma, tanto así que la derrumbo pensando que ese sería el lugar ideal para edificar su nueva vivienda y ya puestos también una para cada uno de sus hijos y así nació una comunidad de vecinos bastante curiosa.

Por aquel entonces mis padres ya tenía tres hijos, (Uno de ellos era yo, con tres añitos) pero mis tíos todavía no se habían casado, aunque con el tiempo todo llegó y tras esas bodas llegaron también sus niños más otro que tuvieron mis padres, en total éramos/somos nueve primos.

Mis hermanos mayores son como otra historia, cuando empezaron a nacer toda esta prole ellos ya eran adolescentes e iban a su bola, pero yo todavía era lo suficientemente renacuajo para pasarme el día jugando con ellos y aquí es donde empieza a aparecer aquello del refrán.

Yo siempre he dicho que de alguna forma fui una hermana mayor para todos, me apasionan los niños, desde siempre y por esto me pasaba el día jugando con ellos.

Podría contar miles de anécdotas, los veinte años que pasaron desde que nació el primero (Sama) hasta que yo me vine a vivir a la que ahora es mi casa, dan para mucho, pero me bastará con contar esas que siempre aparecen en nuestras reuniones, como cuando se metían los seis en el coche de mi padre y les llevaba al cine, ellos pagaban la entrada y yo compraba una enorme bolsa de chuches de la que comíamos todos, o las horas que pasamos en la piscina jugando a los náufragos, jajajajaja no puedo evitar reírme cada vez que lo recuerdo, los pobres hacían siempre lo que yo les decía.

Los sábados a montar los playmobil de Lucas (Mi hermano) y a jugar tranquilamente hasta que llegaba Sama revolucionándolo todo con esas ideas bastante avanzadas para su edad, (Seguro que los que le conocen entienden esto cuando lo lean) y a comer macarrones en casa de mi abuela, mmmmmm, que ricos.

Ahora ya no son mis niños, bueno, siempre serán mis niños, pero ya son hombres y mujeres hechos y derechos, puedo decir orgullosa que todos tienen sus estudios, los cuales les han servido para tener el trabajo que deseaban y aunque sé que nunca perderemos el contacto, que ese cariño que forjamos a fuego lento, estará siempre ahí, muy a mi pesar les tengo tan lejos…

Sama vive en Melilla, ¿Quién le mandaría a él irse allí? Aunque confío en que algún día volverá, pero se le echa de menos, es tan… no sé como definirlo, es Sama, simplemente.

Vicente vive su vida y me alegro por él, nunca me ha gustado meterme en la vida de los demás, pero creo que sabe que puede contar conmigo siempre.

Marisa, ainssss Marisa… A esta la tengo en San Carlos de la Rápita (Tarragona) Está embarazada, va a tener una Nuria, ya ves, me parece el otro día cuando la vi llorar por algún problema de adolescente y ahora va a tener una niña, como pasa el tiempo.

Kise va un poco dando tumbos, jajajaja, todavía es joven, pero lo suficientemente mayor para que la dejen volar. Vuela Kise, vuela, no permitas que nadie te corte las alas.

Karmi, la peke del grupo se nos ha enamorado, ahora yo tendría que cantar, pero eso es algo entre ella y yo. ¡Guapa!

Y Lucas, mi Lucas, a este lo he dejado para el final porque es mi debilidad, ¿Qué se le va a hacer? Todos tenemos nuestro punto flaco y el mío es él. Doy gracias porque es el único que no le ha dado por irse, sigue viviendo allí y así es como puedo verle bastante a menudo.

Una cosita más, para arrancar alguna sonrisa recordar el día que este último llamó por teléfono a casa de mi abuelo preguntando: ¿Ahí lavan ropa? A lo cual mi abuelo respondió: ¡¡Aci llavem la cuca!! Jajajajaja

Os quiero

lunes, 2 de abril de 2007

EL PLACER DE LEER

No hace muchos días hice una “expoliación” de libros en casa de mis padres, algunos eran de mi hermano, para coger estos me dijo mi madre que lo consultara con él, así que lo hice recordándole mi mala cabeza para devolver las cosas después de tomarlas prestadas, a lo que me respondió que él ya los había leído, que le daba igual que estuvieran acumulando polvo en una estantería u en otra. Me pareció una respuesta curiosa.

Acto seguido hablé con mi padre, últimamente no lee tanto, la edad y la vista no son buenas amigas, se cansa, pero me consta que ha leído mucho en esta vida, de alguien debo haber heredado yo esta pasión y aunque él siempre se ha inclinado por la literatura clásica, cosa que a mi no me fascina mucho, tiene algunas obras contemporáneas. (Especialmente regalos del día del padre)

Le dije: Me llevo “Lituma en los andes” de Mario Vargas Llosa y recibí una respuesta por su parte que me dejó más que sorprendida. “Si lo que esperas de la lectura es aprender algo, no vas a aprender nada con ese libro”. Me sonó fatal esa frase. ¿Cómo alguien se puede dignar a decir de un libro, por muy malo que sea, que no se va a aprender nada con él?

Como aficionada a la literatura que soy, me sentí ofendida. Hay libros mejores, peores, tiene que haber de todo, pero al igual que sé eso, sé que un libro que a una persona puede no gustarle nada, a otra la puede llegar a apasionar y esto es lo que me ha sucedido a mí en este caso.

Cada palabra, cada frase del libro, conseguía que lo que me había dicho de mi padre resonara en mi cabeza.

No sólo he disfrutado leyéndolo, además de aprender multitud de cosas de un país sobre el cual era una absoluta ignorante, esto ha desencadenado en una serie de sucesos asombrosos, o al menos a mí me lo parecen.

Lo primero fue descubrir a otro gran autor peruano que me recomendaron al hacer un comentario sobre el que me ocupaba en esos momentos, (Sólo por esto ya me mereció la pena), pero ya que tengo el enorme placer de estar iniciando una amistad con una peruana, le pregunté sobre algunas palabras que no llegué a entender, las cuales lógicamente no hallé en el diccionario y esto nos llevó a pasarnos horas hablando de su país, de sus paisajes, la gastronomía.. Y yo embobada permanecía atenta enamorándome poco a poco de un pequeño lugar de la geografía que apenas quince días antes, aunque sabía ubicarlo en el mapa, no creáis que sabía muchas más cosas sobre éste.

Por si no había tenido suficiente con esto, ayer descubrí que la persona de la que os hablo, había escrito en su blog un apasionado relato sobre el “Machu pichu”. No quiero pecar de vanidad, pero no pude evitar pensar que tenía parte de culpa, quizás la velada que compartimos hablando de su tierra la puso nostálgica y de ahí salió esto.

Y se que la cadena no ha cesado, porque cualquier suceso, por pequeño que parezca, siempre desenvuelve cosas así.

¿Así qué no iba a aprender nada? Decidme donde tengo que firmar para aprender con todos los libros que me quedan por leer en esta vida, la mitad de lo que he aprendido con este.