domingo, 23 de agosto de 2009

EL SENTIDO DE MI VIDA XVI

XVI

Era algo que Salva y yo llevábamos hablando meses, nos apetecía mucho a los dos. Ahora que era inminente el inicio de mi carrera literaria, si las cosas iban medianamente bien, estaba decidida a seguir dedicada de lleno a esto, así que, trabajando en casa, sin nadie que me marcase un horario, nada nos impedía intentarlo.

Aquella mañana me desperté con unas nauseas terribles, llamaron al timbre y tuve que hacer de tripas corazón para llegar a la puerta sin vomitar. Le pedí al mensajero que dejase el paquete en el salón, me senté acariciando la caja y aunque era lo que llevaba deseando desde que tengo uso de razón, me sorprendió comprobar que en ese momento me importaba infinitamente más otra cosa. Me di una ducha creyendo que me sentaría bien, aunque no sirvió de nada. Me preparé un vaso de leche que no conseguí tomar y salí hacia la farmacia más cercana.

Cuando ya de vuelta a casa esperaba ver el resultado, abrí el paquete que contenía mi novela. Pensé que el primer ejemplar tenía que ser para mis padres, pero en ese momento volví a mirar la prueba y una rallita de un rosa fuerte confirmaba mis sospechas. No sabía si saltar, correr, reír…. Antes de darme cuenta iba camino de la delegación de la revista donde trabaja Salva. ¡Que cara iba a poner cuando se lo dijera! Pensé que podría no estar allí y le llamé al móvil. Se asustó al comentarle que quería hablar con él. Salió a mi encuentro, me alcanzó en la entrada del edificio y creo que en el instante en que me vio, supo que era aquello tan importante que tenía que decirle. Me abrazó, me llenó la cara de besos y yo, lloré de felicidad.

Por la tarde fui a casa de mis padres. Mamá no tardaría en llegar del hospital, salí con tiempo suficiente para hablar primero con papá. Mientras conducía por Valencia, algún bebé llevado en el cochecito por su madre, captó mi atención. Ese nuevo ser que crecía dentro de mí, apenas era una pulguita y yo, por fin empezaba a entender esa pasión de mi padre, ese deseo de darme lo mejor, de luchar para que lo tuviese todo. ¿Iba a ser mi relación con mi hijo/a tan tempestuosa cómo lo había sido en ocasiones la nuestra? No me parecía preocupante si me paraba a pensar cuanto nos queremos, aún a pesar de aparentar llevarnos tan mal.

Le emocionó que le hubiese dedicado mi primer libro, a mí volver a verle orgulloso de su hija, pero cuando le dije que iba a ser abuelo, no brincó de alegría porque los médicos le han recomendado reposo, sin embargo sé que deseaba hacerlo. Aunque hubieses ganado todos los torneos de tenis del Gran Slam, no sentiría la felicidad que siento ahora mismo. Me tumbé en el sofá con la cabeza en su regazo y mientras él me acariciaba el pelo, yo intentaba acostumbrarme al tumulto de nuevos sentimientos que me estaba invadiendo.

FIN

5 comentarios:

Magia dijo...

Recientemente leí El Alquimista y este personaje tuyo me recuerda el pastor de ovejas que sigue su Leyenda Personal. Cada quien sigue sus señales y esta chica siguió las suyas hasta encontrar su tesoro.
Muy bonita historia. Un saludo. Gracias. Ciao.

Anónimo dijo...

M'agradat molt, aunque ja sabia el final.
BESETS
la teua neboda

Anónimo dijo...

Muy bonita historia.
Espero que no sea la última!
Un beso
Maluml

Anónimo dijo...

Leidos los cachitos que me faltaban, decirte que me ha gustado mucho, eres tu en estado puro escribiendo, pero abriendo nuevos caminos. No sabes lo que me alegro y espero que sea la primera de otras muchas historias.
Deja volar de nuevo tu imaginación y a escribir se ha dicho,es una orden jejeje... bromas a parte vuelve pronto con otra.
Un beso grande
Tempodelecer

Anónimo dijo...

Amigaaaaaaaaa!!!!

Ja ho he llegit, tot d'una tira i molt be... pero he de dir-te una cosa, massa curt, a l'altra t'enrotlles mes ;-)

Besets.
Sonia