lunes, 2 de abril de 2007

EL PLACER DE LEER

No hace muchos días hice una “expoliación” de libros en casa de mis padres, algunos eran de mi hermano, para coger estos me dijo mi madre que lo consultara con él, así que lo hice recordándole mi mala cabeza para devolver las cosas después de tomarlas prestadas, a lo que me respondió que él ya los había leído, que le daba igual que estuvieran acumulando polvo en una estantería u en otra. Me pareció una respuesta curiosa.

Acto seguido hablé con mi padre, últimamente no lee tanto, la edad y la vista no son buenas amigas, se cansa, pero me consta que ha leído mucho en esta vida, de alguien debo haber heredado yo esta pasión y aunque él siempre se ha inclinado por la literatura clásica, cosa que a mi no me fascina mucho, tiene algunas obras contemporáneas. (Especialmente regalos del día del padre)

Le dije: Me llevo “Lituma en los andes” de Mario Vargas Llosa y recibí una respuesta por su parte que me dejó más que sorprendida. “Si lo que esperas de la lectura es aprender algo, no vas a aprender nada con ese libro”. Me sonó fatal esa frase. ¿Cómo alguien se puede dignar a decir de un libro, por muy malo que sea, que no se va a aprender nada con él?

Como aficionada a la literatura que soy, me sentí ofendida. Hay libros mejores, peores, tiene que haber de todo, pero al igual que sé eso, sé que un libro que a una persona puede no gustarle nada, a otra la puede llegar a apasionar y esto es lo que me ha sucedido a mí en este caso.

Cada palabra, cada frase del libro, conseguía que lo que me había dicho de mi padre resonara en mi cabeza.

No sólo he disfrutado leyéndolo, además de aprender multitud de cosas de un país sobre el cual era una absoluta ignorante, esto ha desencadenado en una serie de sucesos asombrosos, o al menos a mí me lo parecen.

Lo primero fue descubrir a otro gran autor peruano que me recomendaron al hacer un comentario sobre el que me ocupaba en esos momentos, (Sólo por esto ya me mereció la pena), pero ya que tengo el enorme placer de estar iniciando una amistad con una peruana, le pregunté sobre algunas palabras que no llegué a entender, las cuales lógicamente no hallé en el diccionario y esto nos llevó a pasarnos horas hablando de su país, de sus paisajes, la gastronomía.. Y yo embobada permanecía atenta enamorándome poco a poco de un pequeño lugar de la geografía que apenas quince días antes, aunque sabía ubicarlo en el mapa, no creáis que sabía muchas más cosas sobre éste.

Por si no había tenido suficiente con esto, ayer descubrí que la persona de la que os hablo, había escrito en su blog un apasionado relato sobre el “Machu pichu”. No quiero pecar de vanidad, pero no pude evitar pensar que tenía parte de culpa, quizás la velada que compartimos hablando de su tierra la puso nostálgica y de ahí salió esto.

Y se que la cadena no ha cesado, porque cualquier suceso, por pequeño que parezca, siempre desenvuelve cosas así.

¿Así qué no iba a aprender nada? Decidme donde tengo que firmar para aprender con todos los libros que me quedan por leer en esta vida, la mitad de lo que he aprendido con este.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

De casualidad me he encontrado tu blog, hacia tiempo que no pasaba por el foro, al ver un fic tuyo y pensando que era nuevo entre, pero no era nuevo, sino la tercera parte los idiomas no es lo mío.
Si es un placer leer tus historias, tus pensamientos y vivencias mucho más.
Estoy totalmente de acuerdo contigo, para mi leer es un placer, también una aventura y por supuesto siempre aprendes algo.
Suerte con esta aventura, aunque no te hace falta mucha, en cierta ocasión comente en unas de tus historias, que tienes un gran DON y sigo convencida de ello.
Besotes.
Leute.

SYD708 dijo...

Eres totalmente culpable para que lo sepas...si me puse nostalgica.
un beso

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo. De todo se aprende en la vida, incluso de los libros menos buenos.
A mí también me gusta mucho leer, aunque he de reconocer que últimamente, debido quizá al cansancio, soy un poco vaga.
Aprovecho para recomendar un libro, que también está ubicado en Latinoamérica, concretamente en Chile. Se trata de Inés del alma mía, de Isabel Allende. Me está cautivando...