jueves, 5 de abril de 2007

LA COMETA


Emprendo una carrera y ella se eleva
levanta el vuelo sobre nuestras cabezas
y orgullosa moldea sus colores al viento
retándole para que sople más fuerte.


Sube de nuevo más y más alto
caracolea amenazando con caer
pero se sumerge en una nueva corriente
que la engrandece todavía más.


Cuanto más alto, más pequeña la veo
en cambio ella se siente más grande
se adueña del cielo subiendo aún más
y yo sonrió al observarla.


Sus varios metros de cola bailan con ella
se mezclan en una danza rítmica
ahora a la derecha, ahora a la izquierda
y mis ojos la siguen sin perder detalle.


Se lanza en picado osada
y antes de llegar al suelo remonta el vuelo
se atreve a volver a intentarlo
pero esta vez calcula mal.


Intento evitar el inminente desastre
aunque sé que es demasiado tarde
y de bruces se da contra el suelo
mientras yo, rauda y veloz voy en su ayuda.


La recojo, suavemente sacudo la arena
y asegurándome de que no se enreda
de nuevo echo a correr rápido
para devolverle toda su grandeza.





Lo que hace el aburrimiento

1 comentario:

no todo es blanco y negro es gris dijo...

Hay una cometa
que flota en el cielo,
muy lejos del suelo
ligera y coqueta.

Hay una cometa
que imita a una nube:
ya baja, ya sube,
jamás se está quieta.

Hay una cometa
de vivos reflejos:
parecen espejos
buscando una meta.

Hay una cometa,
serpiente de espuma,
que deja a la bruma
de sueños repleta.

Antonio Tejeiro