jueves, 29 de octubre de 2009

MI DIOSA AFRODITA XI

Supe que habían puesto a Pilar en libertad, por una llamada de teléfono suya. Quería que fuese a comer con ella, pero yo decliné la invitación. Fueron unos días extraños, me limataba a ir de casa al trabajo y del trabajo a casa. Estaba sumida en un estado de apatía total, apenas sonreía cuando recordaba que iba a ser abuela.

Un par de semanas después, pasó a visitarme sin previo aviso. Me sorprendí al verla, pero el tiempo pasado me había servido de mucho. Me pareció que estaba más delgada e incluso con ojeras, se lo comenté y lo achacó a los malestares propios de cualquier embarazo. Ese fue precisamente el principal tema de conversación aquella tarde: el bebé que venía en camino, (mi nieto), y lo fastidiosas que empezaban a ser aquellas molestias.

Ya pensé que no hablaríamos de otro asunto, cuando se puso seria de repente y lanzó una pregunta al aire.

- ¿Cogeran a quién lo hizo? - La miré fijamente antes de responder.

- Espero y confío en que así sea.

- Pues yo no lo tengo tan claro. Pasa el tiempo y a veces tengo la sensación de que todo se va a quedar como está. – No podía reprocharle nada, ni contradecirla, porque yo, al igual que ella, presentía que la policía no avanzaba en la investigación, pero por otra parte, me negaba a perder la esperanza.

- Seguro que al final todo se aclara.

- Cada minuto que pasa, las posibilidades de que lo resuelvan disminuyen. – Observó con tristeza.

- Supongo que este tipo de investigación es lenta. Ellos saben lo que hacen. – Después de escucharme decir esto, Pilar se levantó como impulsaba por un resorte y empezó a andar por la sala hablando con furia.

- No entiendo porque los defiendes. Esos policias son unos ineptos. Cualquiera habría averiguado ya que fue lo que ocurrió en realidad. Después de que se atrevieran a apuntar que podía haber sido yo, he perdido toda la confianza en ellos. – Y se dejó caer de nuevo en el sofá.

- Bueno, no podemos hacer mucho más.

Resopló con fastidio. En el fondo sabía que yo tenía razón, en realidad, las dos la teníamos, con diferentes maneras de afrontarlo, pero la teníamos.

Fue Méndez Haro quién me llamó unos días más tarde, para decirme que la policía había detenido a un presunto culpable.

1 comentario:

LIS dijo...

Bueno... otra idea que se me ocurre es que el exmarido de la diosa afrodita sea el responsable de esto... hacia este lugar se dirige mi balanza en esta ocasión... si es que no logro ser de ideas constantes, (tal y como tu me decías)...
Espero la continuación...
Saludos,LIS