domingo, 20 de julio de 2008

SEGURAMENTE, MI MAYOR DEBILIDAD



¿Será verdad eso que dicen de que los padres, sin darnos cuenta, tenemos predilección por alguno de nuestros hijos más que por los otros?

Yo tengo dos, tan distintos, que parece mentira que tengan idénticos genes y que hayan salido al mundo por el mismo “agujero”.

Me acusan de preferir al pequeño, aunque yo defiendo que de cada uno me gustan unas cosas. Éste es un sinvergüenza redomado que de mayor va a ser un conquistador nato, eso no lo dudo, por eso me tiene cautivada, como hará con cuanta mujer se le antoje, pero el mayor, es adorable, cuando me dice que no puede dormir si antes no le abrazo… ¿qué madre se resiste ante eso?

Yo lo he vivido en mi casa, cualquiera de mis hermanos os diría sin ningún tipo de duda cuales de nosotros son los preferidos de mi padre y cuales los de mi madre, la suerte es que nos tienen repartidos, ninguno se queda sin serlo de alguien.

Hablando de mis hermanos, ahí si tengo yo una debilidad enorme, creo que ya lo conté en este blog y la gente que me conoce sabe que hablo de mi hermano el pequeño. No lo he negado nunca y no voy a empezar a hacerlo ahora, me puede ese niño, ese niño que ya es un hombre y va a ser padre dentro de unos meses. (Por cierto, a partir del mes que viene será mi jefe.)

Volviendo a mis hijos, ¿puede ser que me lo niegue a mi misma? No lo sé, yo intento ser igual con los dos, cómo ya he dicho, cada cual tiene sus cosas.

El mayor creo que heredará mi afición a la lectura, viendo que le gusta, me esfuerzo por que así sea y en esas pocas noches que me acuesto a la misma hora que ellos, cuando me ve camino de la cama con un libro en la mano, me dice: Mamá, léeme un poquito en voz alta. El otro se enfada porque dice que así no le dejamos dormir.

El mayor me pregunta cosas y escucha mis explicaciones con total atención. A mí me encanta explicarle ante tal interés. Cuando algo se me escapa, San Google me echa un cable. Es un niño muy curioso y espero que esto le sirva para llegar lejos, muy lejos.

Mientras, el otro juega y ríe cerca de nosotros, como queriendo fastidiar. Yo me enfado, su hermano también, pero lo curioso es que si le preguntas, sabe perfectamente lo que has estado explicando. Él parecía indiferente, pero no se ha perdido ni una palabra.

El pequeño parece que tiene las ideas claras. Dice que de mayor quiere ser entomólogo, “biógolo” marino, ornitólogo, músico, jardinero y que sólo eso, porque sino no le quedará tiempo para estar en casa con su familia. ¡Manda huevos! Lo que me queda claro de todo esto, es que le gusta la naturaleza, le apasionan los animales, las plantas…

Cuando vamos a la playa, mientras los demás niños juegan en la arena, él se pasa el tiempo con sus gafas de buceo contemplando la fauna marina.

Las plantas que tenemos en casa, fueron compradas por su insistencia y, aunque resulte difícil de creer, es él quien me recuerda que las riegue.

El mayor es más clásico. Quiere ser futbolista e ingeniero, ¡ah! y escritor como su madre. Más quisiera su madre que ser escritora, pero adelante, no imagina lo feliz que me haría.

Después de leer todo lo que acabo de escribir, voy a responder yo misma. Creo que sí tenemos ciertas debilidades los padres, desde luego, tenemos debilidad por los hijos, nos ponemos a hablar de ellos y nos pasaríamos horas.

PD: ¿Se ve entre estas líneas que se me cae la baba?



1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Ya lo creo que se ve! Felicidades.
Saludos.
Magia.