La práctica desde luego no me falta, tener que cocinar todos los días para los míos durante años, ha sido un buen entrenamiento, pero la recompensa es enorme, ver con que deleite comen… a mí me merece la pena.
Según he oído, si se cocina con amor todo sale más rico, entonces no hay problema, no hay quien lo dude, espero, yo cocino con todo el amor del mundo. Como suelo decir, disfruto más cocinando, que comiendo y no os creáis, me encanta comer, pero…
Ahora que lo pienso, que curioso, a mí lo que más me gusta comer en este mundo no necesita preparación. Fruta, mi debilidad, mis queridas naranjas, un albaricoque, un melocotón, una ciruela madurita, un kaki… ¡¡Ohhh!! ¡Que delicia!
Me parece increíble que mi paladar halla decidido inclinarse por éstas, ¿no os parece?
3 comentarios:
Es cierto, dicen que si le pones mas ganas y cocinas con amor, te salen delicias, yo la verdad me gusta cocinar de vez en cuando pero no lo hago, supongo que es la costumbre de encontrar siempre la comida preparada.
Lo de la fruta, en el verano me encanta mas.
Un beso
Bueno, bueno ¡lo que me encuentro al entrar!. Tengo claro Sis, que aunque se haga con todo el amor del mundo, cocinar bien y sobre todo como tu lo haces, requiere cierta habilidad que todo el mundo no tiene.Si además la gente que te rodea, sabe apreciarlo, entonces sí se convierte en un auténtico placer para quién lo hace. Del deleite de la fruta no digo nada, es prácticamente mi cena diaria.
Un beso
Tempodelecer
No hay nada mejor que la cara de mi madre cuando, después de varias horas metida entre cazuelas y paellas, nos ve comer como si fuera el manjar más exquisito del mundo y es que además de cocinar estupendamente bien, lo hace con un amor y un cariño increíbles... a mi también me gusta y me defiendo bastante bien...
Ahh, la fruta... en verano toda, en invierno, ninguna... jejeje
D.
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